En una noche del año 1998, el banco central del Ecuador decidió destinar una gran cantidad de sucres para poder salvar, el que entonces era, uno de los bancos mas grandes del país. No tengo una memoria tan grande de aquel tiempo, pero recuerdo que el Filanbanco estaba en todos los rincones del país. Era el banco de los agricultores, pescadores y comerciantes porque tenia oficinas en todas partes. La actitud del banco central era lógica tomando en cuenta que un banco de aquella importancia no podía irse a la quiebra. Y de esa manera, en una reunión de media noche, el estado decidió librar de sus preocupaciones a los Sres. Isaías y se hizo cargo de sus deudas.
El ahora conocido como el grupo Isaías, hizo una fortuna a través de su banco. Tomaban prestado dinero del banco para sus negocios y luego claro, se les hacia muy difícil pagar esos prestamos con lo cual poco a poco fueron llegando al déficit de la desgracia. Fueron ellos los precursores de la crisis económica mas grande en la historia del país.
Como es natural en un país donde los grupos económicos controlan los partidos políticos, los canales de televisión y otros medios de información, poco se dio a conocer sobre las malas administraciones de los bancos y la cobardía de sus propietarios de huir de la deuda con el pueblo ecuatoriano. Ahora, la gente tiene mas presente en la memoria a Jamil Mahuad como un corrupto ladrón y poco o nada se recuerda (¿sabe?) sobre los Azpiazu, Landes, Isaías, etc.
Después de 10 años, el estado ecuatoriano empieza a recobrar un poco del dinero que se destino para devolver sus depósitos a los clientes perjudicados en la crisis del 98 incauntando mas de un centenar de negocios, supuestamente pertenecientes al grupo Isaías, donde se incluyen 3 canales de televisión. Este proceso de recuperación no se ha librado de la polémica que rodea al actual régimen. Un régimen al que ciertos círculos acusan de tener principios de dictatorialidad se ha movido hacia aguas peligrosas al incautar, dentro de varios bienes, canales de televisión.
Esta claro que dentro del panorama político del ecuador, un proceso de estos no se puede llevar a cabo sin entrar en la polémica de buscar el motivo de fondo que el gobierno trae tras las incautaciones realizadas. De igual manera, nadie sabe el desenlace en la opinión publica que tendrá este proceso, nadie puede preveer que caerá de estas ollas incautadas.
Mucho ha marcado en la opinión publica el que el gobierno se apodere de canales de televisión. Y es que frente al pueblo, el presidente queda como autoritario regente que no tiene la menor vergüenza de adueñarse de canales de televisión para acallar a la oposición.
Independiente de las intenciones del gobierno, el proceso de incautacion de bienes tiene 10 años y ha sido su desenlace natural la expropiación de bienes a los deudores de la banca. Sin embargo, ha sido la falta de independencia de los organismos del estado el que nos ha llevado a esta polémica. Un organismo como la AGD debería operar independientemente de la opinión del regente de turno. El presidente no debería ser ni la primera, ni la ultima palabra de este tipo de organismos.
Es prioritario para este régimen, poco a poco, irse alejando de la palestra. Si realmente, este es el gobierno de la revolución, debería revolucionar los organismos públicos, hacerlos independientes y eficientes para que las próximas incautaciones no duren 10 años y no se den por la buena voluntad del presidente. Ojala los próximos procesos se den basados en el carácter técnico y siguiendo el poder de la justicia.
El ahora conocido como el grupo Isaías, hizo una fortuna a través de su banco. Tomaban prestado dinero del banco para sus negocios y luego claro, se les hacia muy difícil pagar esos prestamos con lo cual poco a poco fueron llegando al déficit de la desgracia. Fueron ellos los precursores de la crisis económica mas grande en la historia del país.
Como es natural en un país donde los grupos económicos controlan los partidos políticos, los canales de televisión y otros medios de información, poco se dio a conocer sobre las malas administraciones de los bancos y la cobardía de sus propietarios de huir de la deuda con el pueblo ecuatoriano. Ahora, la gente tiene mas presente en la memoria a Jamil Mahuad como un corrupto ladrón y poco o nada se recuerda (¿sabe?) sobre los Azpiazu, Landes, Isaías, etc.
Después de 10 años, el estado ecuatoriano empieza a recobrar un poco del dinero que se destino para devolver sus depósitos a los clientes perjudicados en la crisis del 98 incauntando mas de un centenar de negocios, supuestamente pertenecientes al grupo Isaías, donde se incluyen 3 canales de televisión. Este proceso de recuperación no se ha librado de la polémica que rodea al actual régimen. Un régimen al que ciertos círculos acusan de tener principios de dictatorialidad se ha movido hacia aguas peligrosas al incautar, dentro de varios bienes, canales de televisión.
Esta claro que dentro del panorama político del ecuador, un proceso de estos no se puede llevar a cabo sin entrar en la polémica de buscar el motivo de fondo que el gobierno trae tras las incautaciones realizadas. De igual manera, nadie sabe el desenlace en la opinión publica que tendrá este proceso, nadie puede preveer que caerá de estas ollas incautadas.
Mucho ha marcado en la opinión publica el que el gobierno se apodere de canales de televisión. Y es que frente al pueblo, el presidente queda como autoritario regente que no tiene la menor vergüenza de adueñarse de canales de televisión para acallar a la oposición.
Independiente de las intenciones del gobierno, el proceso de incautacion de bienes tiene 10 años y ha sido su desenlace natural la expropiación de bienes a los deudores de la banca. Sin embargo, ha sido la falta de independencia de los organismos del estado el que nos ha llevado a esta polémica. Un organismo como la AGD debería operar independientemente de la opinión del regente de turno. El presidente no debería ser ni la primera, ni la ultima palabra de este tipo de organismos.
Es prioritario para este régimen, poco a poco, irse alejando de la palestra. Si realmente, este es el gobierno de la revolución, debería revolucionar los organismos públicos, hacerlos independientes y eficientes para que las próximas incautaciones no duren 10 años y no se den por la buena voluntad del presidente. Ojala los próximos procesos se den basados en el carácter técnico y siguiendo el poder de la justicia.
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