sábado, 5 de julio de 2008

El trabajo y los placeres

Desde un punto de vista no muy general

Cuando somos chicos, vivimos con nuestros padres y todo lo recibimos de ellos. Al comienzo son cosas basicas, comida, ropa, un techo. Cuando vamos creciendo, le vamos cogiendo amor a las cosas materiales. Creo que empieza con cosas como los juguetes y poco a poco vamos adquiriendo caprichos. Con la adolescencia esos caprichos se comienzan a relacionar mas con los placeres.

Vamos adquiriendo, poco a poco, la necesidad por los placeres. Muchos piensan que toda nuestro enfoque se comienza a relacionar con el sexo, reproducirse, en fin.

Nuestros deseos comienzan a ser banales (si, se escribe con b) o demasiado costosos y luego nuestros padres o los que nos han sustentado las cosas cuando chicos, no pueden ó ya no quieren hacerse cargo de esos gastos.

Como regla general del mundo, no toca mas que empezar a trabajar. Y con ese sueldo comenzamos a costearnos por cuenta propia esos placeres. El trabajo, generalmente, comienza a ser cosa dura y que nos aleja de nosotros mismos, nos vuelve solitarios. Nuestro gusto por los placeres, deja de ser gusto y se convierten en costumbre. Comenzamos a trabajar por mantener nuestras costumbres.

Luego, algunos, trabajaran para mantener los placeres de sus hijos y el circulo comenzara otra vez.

La conclusión de este asunto es que, el problema radica en que los placeres se convierten en costumbres y uno pensando que serán placeres por siempre, invierte su vida en obtenerlos. Luego, esa vida, no la recupera mas.

Pero claro, la lectura no debe ser pesimista. Uno debería disfrutar al máximo de sus placeres, mientras son placeres y demos siempre estar en busca de nuevos placeres, placeres que nos permitirán renovar nuestra inversión.

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